jueves, febrero 18

Otro para ti

Hoy vuelvo a ser un fantasma en la ciudad

un eco iracundo, un vengador desempleado

no queda iniciativa para seguir luchando.


Me dejas a la intemperie

desamparado en lo salvaje

ignorante de recorridos y troncales.


Ya no tengo energías de nada.

Ya no tengo ganas de nada.

Ya no tengo nada.


Cada minuto de cada segundo que te pensé

nutrí esperanzas huecas, cegué la razón y,

en este momento, caí fulminado.


Puta mi suerte contigo. Pero te entiendo, corazón,

te entiendo.


Hoy vuelvo a ser un fantasma en la ciudad

ciudad que no te pesca si no hay billete o fama

lástima que, escaso de ambas, estoy lleno en penas

penas del rojo, penas del alma


Y puto proverbio en la pared

ríe y el mundo reirá contigo

llora y llorarás solo.


Cierras las puertas a entradas horas de la noche

en mala hora, en mala luna, en mal momento

quedo destrozado bajo toneladas de palabras

pocas la verdad, más no su intención ni contenido:

me han dejado herido las negaciones y, contra mis réplicas,

la razón es dura en contraposición al escuálido (por la mierda, justo ahora) corazón.


Puta mi suerte contigo.

De mala gana me voy del sitio

sin comprender cómo fue que mi palabra quedó sepultada bajo la tuya

como David y Goliat, como perro grande contra perro chico.


¡Puta que estoy choriao!