martes, septiembre 21

Salido de las marchas

Si cada vez rechazas el toque prístino de mis manos,
la sutil compañía silenciosa que te regalo en los pasillos,
tras los cristales que dan al jardín
o en el espacio de la universidad, a la calle; de la calle al paradero,
puedes tener toda certeza en relación a lo siguiente;
no necesitas clarividencia ni consultar con los adivinos del centro.

La verdad, cada vez que incurres en esas prácticas tuyas
(características, por lo demás)
te ganarás un "ándate a la mierda", acompañado por un beso furioso,
robado directamente de tus labios -que son míos (desde la primera mirada);
mientras siento hervir mis orejas, sangre y lengua /
mientras me pierdo en temblores febriles.

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