sábado, septiembre 11

Algo de sábado por la noche

Acostado sobre un pasto casi veraniego, infinito
el sol que da en la cara, quemando despacio.

No hay absolutamente nada más,
la nada misma;
estando frente a un muro azul, precioso
con unos cuantos nubarrones juguetones
por ahí y por allá.

La verdad está a miles de kilómetros:
ya no es tema.

Y es que los peores males son meros recuerdos,
recuerdos invernales,
de hojas en la calle
de nubarrones grises y días tristes.

Hace años susurrabas en mi oído,
prometías, asegurabas el porvenir de días mejores:
supongo que te referías a esto.

1 comentario:

La Misma (Valentina Carrasco) dijo...

Camilo, me encanta leerte, y va en general.
Pero en particular este me cae como sombrero de esperanza.

No se porque ya no hablamos nada, pero es bueno leerte otra vez.

Abrazos