Me falta musa, falta inspiración.
Aquellos besos tuyos que guardaba,
recelosos en mis labios, se acabaron hace tiempo ya.
Se quedaron secos. Silenciosos
Descascarándose, anhelantes de sustento hídrico:
lo que era el mar, se hizo isla
lo que se hizo isla, fue embalse
y lo que era embalse, hoy es silencio.
Seco.
Árido.
Violento desierto.
Y observo a la distancia aquellas fuentes pasadas;
pero ya estaba bueno ya:
hora de emprender camino,
hacia delante,
dándole la espalda al sol.