Sitia mi mente un sentir constante
una dualidad que no entiendo
como pájaros migrantes antes de tiempo
más allá de la línea divisoria del ocaso.
El pensamiento me recorre constantemente
cual personaje alegórico, la noche negra,
que con una despiadada mirada
me interroga constantemente en sueños.
La verdad es lo que callo
y lo que callo es todo lo que sale por mis manos
en estas, unas cuantas líneas honestas
francas y directas,
veo un reflejo de algo que fue y no es.